MODULO II
MODULO III
MODULO IV
BIBLIOGRAFIA
   

 

 

 

I. ¿De qué hablamos cuando hablamos de Pueblos Indígenas?

UNIDAD 2. IDENTIDAD CULTURAL

LOS CONCEPTOS RELACIONADOS CON EL ESPÍRITU RELATIVISTA

 

 

Según el relativismo cultural, el saber de cada pueblo es diferente y no debe ser juzgado comparándolo con los de otros, sino que debe ser comparado por el valor que tiene en sí mismo, en su contexto y en el beneficio que tiene en el entorno natural que lo produjo y en el que se desarrolla. Cada cultura actúa, con todo derecho sobre la base de su propio código moral.

Los pueblos indígenas están expuestos a la pérdida de su riqueza cultural sino, a su propia extinción, si no se ejecutan políticas adecuadas para su protección y promoción de sus saberes.

El pueblo Arakmbut, uno de los pueblos originarios del Perú, habita en la selva tropical del departamento Madre de Dios, y al igual que otros, también está expuesto a  una amenaza particular de la pérdida de la relatividad, debido al intercambio con las influencias externas. Cada especie arakmbut ve el mundo desde su propia perspectiva, por ejemplo, los peces aparecen como cosechas de los espiritus del rio waweri y los tapires (keme) aparecen como humanos ante el otro. Esta relatividad impide clasificar el mundo en categorías inmutables absolutas y facilita la unión entre la conducta y las consecuencias de una acción (14).

Para los pueblos aztecas, las fuerzas del Universo se concentran en la potencia energética de la vida, el Tonalli, que desciende desde el decimotercer cielo y se aloja en la persona (15).

En la cosmovisión de los pueblos de los Andes del Sur, Viracocha es la deidad de los Incas a la vez civilizado y transformador, es el círculo creador y la dualidad hombre, mujer y brinda el ritmo cósmico a través de la Luna y el Sol, sus hijos, y se recrea en las estaciones y en la agricultura. 

La concepción aymara del alma se representa con la palabra aymara “Ajayu” (espíritu, alma y ánimo) relaciona conocimientos diferentes a los del mundo occidental. El Ajayu expresa una profundidad humana que implica significados hermenéuticos propios de la cultura andino-amazónica, por eso se puede señalar que es espíritu, alma y ánimo. Es la Ajayu: la semilla” (Churata), acto primario del reino de los fenómenos; sin duda, es algo que puede conocerse y saberse cotidianamente en su inquebrantable complejidad, condicionalidad y relatividad; es el Ajayu, como “semilla y célula originaria” (16).